El colgajo, Philippe Lançon | #1 LEC



La memoria puede ser aquella gran aliada que nos transporta hacia lugares lejanos con solo desearlo. A veces sorprende con una conversación que creíamos olvidada, con un olor, con una breve melodía que no logramos identificar. En estas últimas semanas, la memoria se ha convertido en una parte igual o más esencial que las piernas o los brazos. Una parte paciente, que no teme personarse si la desesperanza, por un momento, nos empuja a pensar que nada será igual después. Del después, precisamente, reflexiona Philippe Lançon en su libro El colgajo, un relato introspectivo y angustiante de los hechos vividos tras el atentado de Charlie Hebdo en 2015.

Con un estilo muy personal, el periodista relata los días anteriores al suceso, los meses en el hospital y los pensamientos que recorrían su mente mientras todo ello ocurría, como si toda su vida acabase concentrada en esos dolorosos instantes. Lançon recurre a la memoria para rescatar algunos retazos de su vida anterior y de las personas que la componían, como si se observara a través de un cristal empañado por la lluvia y no pudiese llegar a distinguirse del todo. En ocasiones desiste en su propósito, pues la memoria puede traicionarnos, sobre todo cuando la invocamos con demasiada insistencia.
 "¿Era yo el que fluctuaba y no entendía nada, el que hablaba sin darse cuenta y, como un mentiroso profesional, aunque por motivos menos inconfesables, se estaba equipando de una memoria aislante y selectiva? El hombre que seleccionaba los recuerdos como si entre él y el minuto anterior mediara un siglo, ¿era aquel que ya casi había muerto o el que empezaba a ocupar su lugar? No sabía cuál de los dos vivía entonces y no sé cuál de los dos escribe hoy"
Hacia el final de la lectura casi añoraremos el traqueteo de las camillas del hospital Salpêtrière por los pasillos, porque el autor construye un ambiente particular y conecta con el lector a través de su propia introspección. Lançon se detiene durante páginas para examinar el origen de su sufrimiento, pero no de una manera explícita o sencilla, sino con un humor irónico que nos obliga a escrutar lo sucedido con cierta retrospectiva. El colgajo es un recoveco en la mente del autor, es ese lugar aún indefinido en el que se entremezclan las carencias más íntimas, las referencias literarias más lúcidas y todo el horror del ser humano sin que resulte grotesco ni forzado.

Especialmente interesante para quien se pregunte por la profesión periodística en tiempos del miedo, Lançon explica que vuelve a nacer tras la masacre. La libertad de expresión que creía, como todo ciudadano francés, un hecho más que un derecho, había sido cortada de raíz y convertida en un colgajo permanente en el rostro. En el mundo de "después" Lançon experimenta una evolución física y psicológica casi simultánea -de vivir rodeado de policías a volver a escribir para Charlie- pero no deja de esconder una certeza: su mundo no seguía siendo el mismo segundos después del atentado. Así, el enfermo se agarra constantemente a la esperanza de que reconstruyan su rostro, consciente de que nada puede volver a donde estaba, pues el mundo no es igual tras Charlie Hebdo, y la herida de su rostro es demasiado profunda.
"Como los anteriores, los atentados de Barcelona y de Cambrils me alejan de una historia en la que, una vez apagadas las velas y retirados los corazoncitos, todo el mundo hace como si nada hubiera pasado -¿qué otra cosa iban a hacer?- y como si los asesinos no fueran una consecuencia desastrosa de lo que somos y de lo que vivimos"
Un relato fascinante de la lucha constante, a veces contra uno mismo, donde el autor camina entre lo que fue, lo que pudo ser y lo que es. Lançon pone a disposición del lector toda una serie de cuestiones sobre nuestro papel como individuos, y lo hace de una forma muy periodística, sirviéndose de testimonios, referencias y reflexiones a modo de crónica. Posiblemente el error de Philippe fue nacer en un mundo que ya estaba configurado, donde nuestro único trabajo consiste en sobrevivir en un ambiente que en gran medida desconocemos. "Los que quieren eliminarte tienen siempre un motivo para hacerlo, y es interesante imaginarse que no necesariamente están equivocados", confiesa en El colgajo. Un libro que, sin duda, se clava en la memoria, logrando ponerle voz a un atentado que tantas veces se retransmitió, pero que pocas veces pudimos escuchar de verdad.



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4 Comentarios

  1. ¡Holaaa!

    Pues no conocía este libro y de hecho no estoy muy familiarizada con el tema que trata, pero después de ver tu reseña, que por cierto te ha quedado genial, me ha entrado la curiosidad y las ganas por saber más.
    Desde luego que me lo llevo apuntado.

    ¡muchos besos!

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  2. Buenaas!
    No conocía el libro pero parece una lectura muy profunda, en mi caso no creo que me apetezca este tipo de libro ahora mismo ^^
    Gracias por la reseña <3

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  4. ¡Hola! Pues parece una lectura muy dura por el tema que trata, sin embargo, me ha convencido. Lo que explicas de la manera que tiene el autor de transmitir sus sentimientos y emociones me ha llamado mucho la atención. ¡Un beso!

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