El viejo y el mar, Hemingway y la generación perdida


Buenas. Pese a los exámenes he sacado algo de tiempo para leer algunos relatos y esta novela corta. La sinopsis no es complicada, se trata de la historia de un anciano que lleva tiempo sin poder pescar nada, aunque antaño tenía fama de buen pescador. Un día, un niño que le suele ayudar y él preparan la barca con la esperanza de que el viejo salga solo hacia la mar, porque así la llaman los que la aman, y pueda pescar algo. Tras numerosos intentos, el hombre no pierde de vista su objetivo, y tanto su barco como esperanza se sumergen mar adentro.

Este libro, ganador del premio Pulitzer, está sujeto a las más dispares interpretaciones, de manera que al ser una historia tan conocida, breve y abierta, no creo que sea indispensable haber leído el libro para leer esta opinión. Más que hacer una reseña, pretendo divagar hasta donde me dejen las teclas. En primer lugar, lo poco que aparecía en la contraportada sobre el libro me pareció un tanto engañoso, pues esperaba encontrarme con un libro que promovía la esperanza frente a los inconvenientes, y he encontrado todo lo contrario. El semestre pasado leímos un texto de Zunzunegui, en el que hablaba de los "Tres tristes tópicos" del análisis fílmico, y uno de ellos era el biografismo. Me hizo plantearme si en mis reseñas le daba demasiada importancia a los autores, y dónde está la línea entre el autor de una obra y la obra en sí. Es una pregunta difícil, por lo que no me voy a detener en contestarla, sino en el caso de este autor. Creo que no se entiende el libro de la misma manera sin su contexto.


Harold Loeb (far left) and Hemingway (center with black tie)

La obra se publicó en 1952, pero el autor Ernest Hemingway, se integra dentro de lo que conocemos como "Lost Generation", "génération du feu", o directamente "Generación perdida", de la que forman parte otros autores más o menos establecidos, como son Pound, Fitzgerald, Steinbeck, etc. Son autores que destacaron en un periodo complicado, el que comprende desde el fin de la Gran Guerra hasta la depresión del 29.  También participaron en la guerra, en el caso de Hemingway como corresponsal y conductor de ambulancias,  por lo que pudieron ver la destrucción de cerca. Se sintieron atraídos por los países de Europa, especialmente París, donde se creó un núcleo de intelectuales que huían del vacío cultural, el vicio y lo superfluo de los Estados americanos. Sus narrativas se desarrollaron en un ambiente de bohemia, cafés e innovaciones estéticas del arte europeo. La frustración por la situación de posguerra y la crítica a la falta de ímpetu cultural son las que caracterizaron a muchas de sus obras. Finalmente, Hemingway acabaría suicidándose con un disparo de escopeta en la cabeza.

Ernest Hemingway

No os voy a engañar, no es una historia fascinante y trepidante con mil personajes, en realidad tan solo aparece uno, el anciano. Y no podemos hablar de una gran cantidad de diálogos, pues la mayoría de ellos se intercambian con un silencioso ser llamado pez. Tiene una estructura sencilla, con un léxico simple y fácil de comprender a cualquier edad, pero del que se pueden sacar muchas reflexiones. Un libro para leer en uno o dos viajes de tren.

La influencia del contexto del que he hablado antes se ve más reflejada en "París" o "`París era una fiesta", pero la corriente no deja de compartir características con "El viejo y el mar". Es por ello que el mensaje completo del libro puede cambiar, y por lo menos yo lo he entendido desde una óptica más pesimista. Se narra la historia de un hombre que en su pasado era un buen pescador, por lo que tenemos una sombra de frustración y desengaño desde el comienzo del libro. En segundo lugar, se pasa meses saliendo todos los días con la barca con la esperanza de pescar algo, e incluso el niño que lo acompañaba lo ha dejado de lado porque sus padres le dicen que con él no aprendía nada. 

En este caso podemos ver cierto positivismo al salir todos los días con la intención de luchar por lo que quiere, un grito a la lucha, pero se vuelve a truncar y llevar hacia la depresión cuando acude a casa con las manos vacías día tras día. A partir de aquí voy a añadir algunos detalles del final. Tras días de lucha con un poderoso pez, acaba vencido por los tiburones, que despedazan su trofeo. Por tanto, existe una tercera y última situación, en la que el hombre llega a casa solo, vacío, sin recibir nada a cambio, y volvemos a tener una posición negativa de lo sucedido. El pez acaba roto, sacudido, y corrompido por los males que le rodeaban. Y en última instancia, tan solo queda lo que ya sabemos, la muerte. 
Y eso, que me lo han vendido como un libro positivo, pero va a ser que no.

En cuanto a esto, hablaré también de el esfuerzo y la recompensa, ya que es un chorro de agua fría para la sociedad actual. El ser humano tiende a pensar que detrás de todo esfuerzo viene su recompensa. No sé si se debe a las frases Mr Wonderful, aún es un fenómeno a estudiar. Aunque en muchas ocasiones es cierto, y seguramente con trabajo duro consigas más que quedándote en casa, es un mensaje muy utópico y positivo, demasiado para los tiempos que corren. No todo el trabajo y la perserverancia tienen su recompensa, y creo que pensar esto nos lleva a ser seres frustrados con nosotros mismos. Pensamos que debido al esfuerzo de sacar un título deberíamos tener trabajo, que porque has invertido muchas horas en un proyecto acabará saliendo adelante, pero lo cierto es que a veces no sucede. El viejo del libro ha invertido muchas horas en pescar al pez, horas sin dormir, sin comer, sin moverse, y al final su trabajo se ve recompensado con un saco de huesos.

El tema más importante, además de ser el más repetido, es la consideración del alma humana. Son muchos los libros que reflexionan acerca de esto, desde el inicio de los tiempos. En este caso, muy relacionado con la religión, de la que hablaré luego. Desde el primer momento trata al pez como a una persona, le habla, le dice que le va a dar pena tener que matarlo, y en general, da por supuesto que tiene un alma como la suya. «También yo tengo un corazón así, y mis pies y mis manos son como los suyos». Y de esto vamos a hablar de ahora, del corazón. 


El iris es una de las pocas partes del cuerpo únicas que tenemos los humanos

A mitad del libro, el anciano consigue coger al pez tan enorme que había estado persiguiendo durante días, pero son muchos los obstáculos que debe salvar para llevarlo a casa. Uno de ellos, los tiburones, a los que intentará cazar. Nótese que he dicho cazar, no asesinar, porque no los enmarca dentro del alma. Choca que el principal objetivo del pescador sea atravesar el corazón de los tiburones con un arpón, cada vez que encuentra a uno lo menciona, y que al mismo tiempo al pez lo haya asesinado con un disparo en el cerebro, dicho explícitamente. Esto nos hace pensar que el autor tiene una consideración del alma, del ser, en el cerebro, y no en el corazón, como muchas veces se representa. Quizás estas ya sean consideraciones mías, pero parece plantear que son los pensamientos, el cerebro, los que nos hacen personas. Evidentemente mueres con un disparo en ambos, pero Hemingway le da especial importancia al primero. ¿Es el cerebro la única razón por la que somos nosotros mismos, si nos implantaran todas las otras partes del cuerpo, menos el cerebro, seguiríamos siendo nosotros, porque conservamos nuestros pensamientos?
Evidentemente el libro no se extiende tanto, solo lo deja con el momento de la caza, porque de lo contrario sería una especie de ensayo, pero hace pensar un poco más allá.

Aunque Hemingway era taurino, tiene una especial consideración por lo que sería plantear el alma animal y la humana, ya que casi todos los capítulos giran en torno a la cuestión de matar o no matar al otro ser por considerarlo igual que él. Me parece curioso el tema de la religiosidad, pues se remite en muchas ocasiones a Dios, pidiéndole ayuda, y aquí es donde creo que acaba su distinción entre humano y animal, pues como todos, pensamos que Dios estaría de nuestra parte en este caso, que ayudaría al hombre a acabar con el pez y que regresara a su casa. En el último momento, el ser todopoderoso acabaría ayudando al que verdaderamente tiene alma.

Por último, como decía Aristóteles, el ser humano "es un ser social", necesita comunicarse para mantenerse sano, y Hemingway sitúa al protagonista de la acción en un mar inhóspito, vacío, solitario, y encima, debe enfrentarse a dificultades. Al final, el protagonista intentará mantener todo ápice de cordura. Sobre todo se refleja cuando habla consigo mismo o con el pez, además de pensar en los deportes, uno de los pocos reflejos de vida humana fuera del mar que observamos.


En general, un libro muy corto pero del que se podrían sustraer muchas cosas, recomendado para una tarde, pero que seguramente no incluya en mis favoritos. Me ha gustado poder sacar mis conclusiones y divagaciones, es algo que disfruto mucho y que en otro tipos de libros no puedo hacer, además de investigar un poco más sobre el autor y su contexto. Espero que os haya interesado, hasta la próxima.


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1 Comentarios

  1. Hola!
    Ese libro lo leí en la preparatoria, hace algunos 10, 11 años aproximadamente, y fue, por supuesto una tarea escolar para la clase de análisis de la literatura.
    Y coincido contigo en el tema del alma humana, pues ciertos libros se aferran a esta idea con el objetivo de crear una conexión entre el hombre y otros seres, por supuesto es un lazo que aplaudo a quién lo intenta y a quién lo logra, y me parece que este libro es uno de ellos.
    Gran discusión.
    Besos

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